Acaricié unas palabras
sobre la orilla del mar,
ahora son gaviotas pardas
que surcan la paz.
Sobre la costa baten las alas
y planean sin descansar,
solo para coger aliento paran
y se apresuran a vigilar.
Guardan sueños que se alcanzan
o naufragan con pesar,
los cuidan con la esperanza
de que echen a volar.
Escucha a las gaviotas si te llaman
es su forma de avisar
de que en el fondo tu alma
tiene motivos por los que luchar.
Aunque me duerma
entre tus brazos
no ceses el canto
que mi sueño se eleva
al horizonte más alto
gracias a tu abrazo.
Aunque ya llega
el silencio cansado
que anuncia el paso
de una mañana nueva
no tengas reparos
en seguir soñando.
Aunque la prueba
te deje pensando
que ya es demasiado
respira y recuerda
el porqué formulado
en el ayer del pasado.
Aunque las estrellas
despierten sin halo,
no olvides mi mano
que quiere que sepas
que merece, sin dudarlo,
la pena vivir soñando.