No es un gran hallazgo nunca visto ni tiene que ver con una sonrisa atornillada sin sentimientos a la piel.
Aunque en verdad sí que es algo grande, enorme, gigante... pero solo si lo sabes ver. Y no lo camufles, por favor. Porque la verdad distorsionada empieza a tener tintes de mentira.
Solo tiene un sabor, dulce como la miel.
No tiene precio, porque está al alcance de todos pero no hay dinero en el mundo para abarcarlo.
Lo que celebramos es algo así como el momento mágico en el que la mariposa sale de su crisálida, o toda la vida que esconde el humilde vuelo de una abeja.
Así que, por favor, con sencillez ahonda un poco más y alégrate... porque tenemos mucho que celebrar.
Feliz Navidad