sábado, 23 de noviembre de 2013

¿Eres feliz?


Sabes que eres feliz cuando estás en paz contigo mismo y con los demás.
Sabes que eres feliz cuando te quieres, te quieres porque te conoces y te conoces porque te estás redescubriendo continuamente.
Sabes que eres feliz cuando te sientes querido. Si alguna vez no es así, tienes la certeza de que si existes, es por amor.
Sabes que eres feliz cuando no vives para el tiempo, sino que el tiempo está a tu disposición.
Sabes que eres feliz cuando no vives para tus sueños, sino que haces que tus sueños transformen lo concreto de tu realidad.
Sabes que eres feliz cuando te levantas con fuerzas para afrontar el día y, cuando no es así, encuentras motivos para  seguir caminando.
Sabes que eres feliz cuando disfrutas de lo pequeño y cotidiano, y cada día lo miras con ojos nuevos.
Sabes que eres feliz cuando sacrificas tu tiempo, tu comodidad, tu descanso, tu ... y lo haces por amor al otro.
Sabes que eres feliz cuando no te cansas de dar, sin esperar recibir.
Sabes que eres feliz cuando aún viviendo en medio del agobio, las prisas, el sinsentido, la rutina, el miedo, la injusticia... Sabes erosionar el agobio, frenar las prisas, buscar el sentido, alegrarte cada día, encontrar verdaderos motivos por los que luchar y no quieres que la injusticia te haga cómplice.
Sabes que eres feliz cuando no te faltan razones para sonreír, cuando sabes perdonar, cuando miras tu vida solo puedes dar gracias.
Eres feliz cuando encuentras lo único que te puede dar verdadera felicidad.
                                            Eres feliz cuando solo centras tu vida en una cosa: amar.
                                                       

martes, 19 de noviembre de 2013

Rumbo a su corazón

No sirve de nada llegar hasta la meta sin disfrutar del camino. A veces más importante que llegar es avanzar. Para encontrar, antes hay que perderse; y para levantarse, caerse.

Por los que buscan sin prisa ni descanso, por los que buscan con confianza, por los que hacen de cada día una nueva oportunidad. Por los que buscan para encontrar el sentido. Por los que se atreven a buscar desde lo más profundo.

 A veces  pasa como a ella,
 que buscaba con paciencia

 en cada rincón del universo,
 y olvidó que lo que buscaba
 lo tenía muy adentro.
 Caminó y caminó,
 pero daba los pasos
 sin conocerse mejor.
 Cuanto más se acercaba
 a la felicidad que quería,
 la felicidad más se alejaba
 de la ruta que seguía.
 Hasta que se dio cuenta
 que desde el primer momento
 la respuesta había estado
 siempre junto a ella.
 Pero como no se conocía,
 deshizo sus huellas
 para empezar el camino
 desde el principio.
 Tanto se había alejado
 que le costó mucho
 volver a su realidad,
 pero cuando llegó
 comenzó paso a paso
 rumbo a su corazón.