miércoles, 10 de julio de 2013

La llave de la felicidad

La búsqueda de la felicidad ha sido siempre uno de nuestros mayores empeños. Conocemos autores que ya desde la Antigüedad se caracterizan, como Aristóteles, por sus teorías eudemonistas que afirman que nuestra finalidad es llegar hasta esta. El sentido de nuestra vida se basa en encontrar esa felicidad que nos llena y da respuesta a todas nuestras acciones. A nuestro alrededor hay muchas llaves que aseguran tener la clave para lograr alcanzarla.

Por un lado, una de la más conocida es la del dinero y el poder. Numerosos cuentos e historias relatan cómo sus personajes son llevados por la avaricia hasta un círculo vicioso en el que tratando de conseguir más y más solo logran aumentar el horizonte de su insatisfacción. En este caso la moraleja es clara: paradójicamente buscando la felicidad en los bienes materiales crece nuestra infelicidad.

Pero también hay otros caminos, que quizás son más cercanos, que tratan de llevarnos hacia esa felicidad. Estos pueden ser el mundo de la suerte y la superstición, que por medio de creencias populares, invenciones o repetidos intentos en los que la constancia en la mayoría de los casos no premia, rigen parte de nuestra conducta, estado de ánimo o se vuelve el centro de nuestras preocupaciones. También hay personas que intentan obtener esta felicidad en la gente. Tienen grandes colecciones de amigos, pero se vuelven efímeras y cambiantes. Para otros, las fiestas y la búsqueda de “subidones” por medio de diferentes formas son la solución a sus problemas. Solución que dura un escaso periodo de tiempo y que en ocasiones solo consiguen aumentar el  problema y el vacío que se intenta llenar.

Hay otros que defienden que cada uno es su propia llave, que todo está en nosotros. Son personas cuya existencia consiste en la obtención de títulos, premios, diplomas, estudios y un gran intelecto. O que se dedican de lleno a cultivar su cuerpo, al deporte o al ejercicio físico. Sin embargo, aunque tanto la formación como la salud son necesarias en nuestras vidas, dedicarse exclusivamente a eso también se trata de aspectos pasajeros que, al fin y al cabo, ¿de qué nos sirven?


Son múltiples los caminos. Pero parece que todos son falsos y erróneos. Nos venden una imagen que se desvanece cuando intentamos alcanzarla. ¿Dónde buscas tu felicidad? Tampoco hace falta indagar mucho para descubrir personas que son plenamente felices. ¿Su secreto? Dedicar su vida a los demás.