miércoles, 27 de mayo de 2015

Con mano izquierda (a todos los zurdos, a todos los diestros)

-¿No quieres seguir comiendo?
-No es eso, es que tengo la mano izquierda cansada.
-¿Y no puedes comer con la otra?
-Solo soy ambidiestro para subrayar.

No hicieron falta más palabras para que una serie de pensamientos se desencadenaran uno tras otro, como ese truco de magia que te hicieron el otro día, en el que al tirar de un pañuelo te encontraste una gran cantidad de tela anudada que salía de la manga de tu hermano, sin parecer que aquello tuviera fin. 

Te preguntarás qué pienso, como muchos han preguntado siempre.
Pienso que tal vez sería mejor para todos aprender a escribir con la izquierda. No tengo ni idea porqué a unos nos resulta más fácil aprender con una mano y a otros con otra. Recuerdo que cuando la profesora nos pedía que levantáramos la mano derecha y después la izquierda para ver si sabíamos distinguirlas, yo pensaba en el lío que los zurdos se hubieran hecho: si la derecha es la mano con la que escribo, entonces mi izquierda es su derecha; y si la izquierda es la otra, su izquierda es mi derecha...

Pienso que tal vez sería mejor para todos aprender a escribir con la izquierda, porque seguramente para los zurdos es más fácil -o quizás más natural- desarrollar la empatía. ¿Por qué? Porque hace no muchos años (puede que aún siga siendo así) todo el mundo escribía con la derecha, y como todo el mundo era diestro estaba mal visto usar la izquierda. O tal vez como estaba mal visto ser zurdo, todo el mundo era diestro. El caso es que los zurdos se han tenido que acostumbrar a usar las dos manos. La izquierda para escribir, dibujar... y poco más. Y la derecha para comer (cosas del protocolo), recortar (es más fácil tener a mano -nunca mejor dicho- tijeras de diestro que de zurdo), subrayar -como tú-...
Por tanto, tendrán una visión más amplia de la vida. Han tenido que ver a través de sus dos manos, que entender tanto la izquierda como la derecha, que desarrollar habilidades con ambas. Si han sabido conciliar estos lados contrarios (o más bien complementarios), no les costará ponerse en la piel del otro, ver y sentir a través de sus ojos, incluso comprenderle.

Es más, seguramente tienen más mano izquierda. Todo el mundo sabe que con mano izquierda se pueden hacer milagros. Y quien no lo sepa, que no dude en experimentarlo. Igual tiene que ver con eso de la empatía...

Pensar, pienso que tampoco debemos renunciar ahora a nuestra derecha. En una casa en la que la mitad es zurda y la mitad es diestra, ¿cómo poder considerar que una es mejor que la otra?¿o que usar una mano es más raro que otra?

Pensar, pienso que deberíamos ser ambidiestros no solo con las manos.


A todos los zurdos.
A todos los diestros.



1 comentario:

  1. Hola María. Me gustan mucho tus poesías o historias que cuelgas en tu blog.Sigue así
    Sergio

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