-Azul
-No, el mundo es rojo- discutían los dos, durante toda su vida, hasta que un extraño que pasaba por ahí intervino:
-¿Y si fuera multicolor?
Los dos se giraron para ver quién había dicho semejante tontería. El náufrago dejó de ver desiertos de mar y el niño lagunas de sangre. Ambos se asustaron al no reconocer el resto de colores de la realidad que tenían a sus espaldas.
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