La palabra rompe el silencio,
lo corta si interrumpe
o lo enriquece si es alimento.
La palabra es el desvío
para que flote lo que se hunde
y encontrar el consuelo.
La palabra es más que el trino,
que la voz que confunde,
es un medio de pensamiento.
La palabra es el cambio
que sin pretensión constituye
el crecer con el tiempo.
La palabra es vida, continuación
persistente que se funde
en el que acude a su encuentro.
La palabra es revolución,
oportunidad que no se escabulle
de aportar algo mejor.
La palabra es nuestra elección:
decidir si ser el que huye
o el que transforma su alrededor.
María Armas López de Vergara
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