Rompamos las cadenas que nos atrapan
esas que discretamente nos rodean,
que, eslabón a eslabón, nunca cesan
de tener nuestra imaginación anclada.
Rompamos las cadenas que nos atrapan,
aquellas que con cada miedo ciegan
los auténticos deseos con los que sueña,
cada alborada madrugada, el alma.
Rompamos las cadenas que nos atrapan,
las que nos esclavizan y nos pesan,
las que en nosotros mismos nos encierran,
las que nos excusan de hacer lo que hace falta.
Rompamos las cadenas que nos atrapan,
que nos provocan soledad en una escena:
cada individuo forma una multitud dispersa,
no puede ver a tantos que a su lado avanzan.
Rompamos las cadenas que nos atrapan,
las tuya, las mías, las de él y ella, las nuestras.
Las que nos unen y -a su vez- alejan,
nos separan de otros y a ellos nos atan.
Rompamos las cadenas que nos atrapan
en un mundo que pequeño nos queda.
Egoísmos, trampas y cobardías fuera
que si estamos juntos podremos quitarlas.
María Armas López de Vergara
No hay comentarios:
Publicar un comentario