jueves, 6 de febrero de 2014

Más de 70

Una sola cerilla bastó para encender todos sus años de vida. Con un solo soplo inauguró un nuevo deseo... Con un solo soplo y la ayuda de todas las boquitas que rodeaban la mesa. Esta vez no hubo fiesta sorpresa, ni grandes invitados y, por supuesto, nada de chaqueta y corbata. Todo eso fue sustituido por una merienda en casa, la excusa perfecta para reunir a los que mejor lo conocían. Un plan ideal de acuerdo a lo que más le apetecía: celebrar algo tan natural desde lo sencillo y cotidiano.

Cuando la marea de gente fue disminuyendo, se acercó a él. Antes de despedirse le lanzó una pregunta: ¿qué es lo que más te ha gustado de todos estos años? (las velas de la tarta eran más de 70). La formuló esperando quizás alguna anécdota de sus numerosos viajes por los lugares más variados del mundo. Puede que aquella aventura que vivió en medio del océano. O mejor, cuando una de las empresas empezó a prosperar. O aquella vez que conoció a su cantante favorito. También se acordó de cuando aprobó la oposición que tanto le había costado. O probablemente cuando pidió la mano de su mujer.

Sin embargo, no encontró ni boda ni aprobados ni éxitos profesionales ni ninguno de sus espectaculares viajes. La única respuesta que obtuvo fue un "Tú" -rotundo, inesperado y desconcertante- pronunciado instantáneamente, con una seguridad de la que nadie podría dudar. Una sonrisa y de nuevo otra afirmación "Nuestra familia, eso es lo mejor que me ha pasado, lo que más me gusta de mi vida". Y unos ojos serenos con una medida de orgullo, dos de agradecimiento y tres de felicidad. Nada más que eso fue lo que hizo falta para dejarle pensativo durante el camino de vuelta a casa.






No hay comentarios:

Publicar un comentario